EL CASTILLO DE LA CIGUEÑA

Los dulces recuerdos de la infancia, las travesuras de la adolescencia y las vivencias de la juventud, forman en conjunto esa nostalgia que nos llama a revivirlos, màs cuanto màs lejanos; son sentimientos sobre lugares hechos y personas que, normalmente con el tiempo hemos idealizado.
Durante este mes de Agosto 2005, del cual he pasado una buena parte en Larache, he venido a coincidircon un nutridogrupode espaňoles larachenses pertenecientes a la asociacion cultural "Larache en el mundo ", que con "Larache Almada" ha protagonizado un viaje para volver a visitar la ciudad donde nacieron o pasaron parte de su vida. Eran principalmente personas mayores y bien cargadas de esas nostalgias, despues de tantos aňos desde que esta ciudad dejo de pertenecer a Espaňa.

Un grupo de extraordinarios musicos,de entre ellos,celebrò un festibal de guitarra y cante en el Castillo de las Cgůeňas,y en el transcurso del mismo destacό,por su fuerza emotiva,la historia que contό un participante y que me motivo mi comentario de hoy.

La historia, a la que empezaba refiriendome ,la contό,microfono en mano,durante el acto principal un hombre que habia pasado en Larache su infancia, y nos recordό como durante aquellos aňos recibio el calor y la ternura constante de Mina, una marroqui que ayudaba en su casa ocupậndose principalmente de los cuidados del niňo.

Ella le acostaba o le vestia, le llevaba de la mano por las calles y callejas,dandole explicaciones de tantas cosas como la curiosidad de un niňo descubria cada dia, y tambien emocionado, el recuerdo de cuando iban a por el pan caliente al Zoco chico ! que bien huele el pan caliente y que rico sabe un pellizquito antes de volver a casa!
Asi entre sentidas expresionesy referencias al gran cariňo que recibio de ella, continuo diciendo que dos aňos antes habia estado tambien en Larache y, cuando intento buscarla le informaron de que ya habia fallecido.Sufrio su desconsuelo,reviviendo tantos recuerdos, y tuvo que resignarse a aceptar lo irreparable.

Este aňo,al volver ,ha traido consigo a su propia madre,que a pesar de los aňos se ve que anda mejor de memoria que él mismo, y recordando entre ambos la historia de Mina, fueron hasta el lugar de Ghbibas donde la madre recordabaque vivia, reconocio la humilde puerta de una misera casa y llamaron esperando que si alguien vivia alli debia de saber algo de la pêrsona por quien se interesaban.

Tras varios inbtentos,respondio desde el interior una voz débil, que entre dudas y sopresa los dos coincidieron en reconocer que era la de la propia Mina.
Alli,pràcticamente en absoluta indigencia y con una pierna cortada,seguia viva,y se supo entonces que solo habia habido una lamentable confusion en el informe anterior en sobre su muerte.
Lo refirio llorando, como dijo que habian llorado al abrazarse,y contagio a la vez de la misma emocion a los presentes,al tiempo que prometia ayudarla hasta que consiga,si es posible,resolver la documentacion que le permita traerla con él a Espaňa .
La historia, tan puramente humana,de la que me faltan infinidad de detalles,provoco emocion y acercamiento entre los asistentes y,ojala,como quisiera tambien yo al repetirla,que ademas de traernos nostàlgicos recuerdos de nuestra infancia estimulara la buena disposicion a la convivencia con nuestros vecinos del sur.

Vindemiial Aldea

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